La Falla de San Andrés, una de las características geológicas más prominentes de California, tiene su origen hace aproximadamente 30 millones de años, cuando las placas tectónicas del Pacífico y América del Norte comenzaron a deslizarse una frente a la otra. Este extenso sistema de fallas se extiende por más de 1,200 kilómetros y se adentra hasta 16 kilómetros en la corteza terrestre. A lo largo de su historia, ha sido responsable de algunos de los terremotos más devastadores en la región, influyendo significativamente en su paisaje y en la vida de sus habitantes.